LA MENDIGA DE AMOR EN EL CONTEXTO DE LA PRODUCCIÓN ARTÍSTICA DE SVETLANA DEON
José
Ignacio López Fernández
La novela
de la escritora rusa Svetlana Deon La mendiga de amor (Попрошайка
любви),
publicada en San Petersburgo en 2006 y nominada al premio
«Bestseller nacional»
(«Национальный бестселлер»), ha logrado cautivar a lo largo
del último año a
lectores de toda Rusia. También a la crítica, que la ha
querido comparar en sus
reseñas con grandes fenómenos editoriales
contemporáneos como son las obras de
Paulo Coelho o Arturo Pérez-Reverte, lo que parece augurarle una
excelente
acogida también en el extranjero.
Tras esta
contundente carta de presentación sorprenderá conocer que
La mendiga de amor es la primera incursión de
Svetlana Deon en la
narrativa. No lo es, sin
embargo, en el mundo del arte y la cultura, puesto que la autora cuenta
con una
dilatada trayectoria en dicho ámbito repartida entre el ballet y
la poesía.
El trabajo
de Deon como bailarina profesional está avalado por largos
años de dedicación
al ballet clásico en compañías de Estados Unidos,
Inglaterra y España, en las
que vio cumplido con creces el sueño que la
acompañó desde la infancia.
En el
terreno de las bellas letras, tres antologías (de las cuales la
primera vio la
luz en Estados Unidos y las dos restantes en Rusia) han sido hasta hoy
las
encargadas de ofrecer al lector una muestra de la obra poética
de esta versátil
artista: No respires sin mí (Не дыши без меня), Mil
y una vidas (Тысяча и одна жизнь)
y Encaje de tiempo (Кружево времени).
Las poesías de Svetlana Deon también han sido publicadas
en varias revistas
literarias rusas, como Reseña bibliográfica (Книжное
обозрение), Piterbook (Питербоок) o Palabra
(Слово), entre
otras.
Sin duda
estamos en lo cierto al clasificar a Svetlana Deon como poeta y
narradora rusa,
pero probablemente si no hacemos alguna puntualización corramos
el riesgo de
caer en simplificaciones que dificulten la comprensión de su
verdadero perfil
artístico. Svetlana Deon nació en San Petersburgo y ha
desarrollado la mayor
parte de su obra literaria en la que es su lengua materna, el ruso,
pero una
etapa muy importante de su vida ha transcurrido en Estados Unidos,
donde emigró
con su familia siendo adolescente. Tampoco debemos olvidar la huella de
su paso
por Inglaterra, Francia e Italia, así como el hecho de que desde
hace casi una
década reside permanentemente en
España. Importante es también señalar que algunos
de los poemas de Svetlana
Deon han sido escritos originariamente en inglés
y en español, o traducidos a estas lenguas por la propia autora.
Svetlana Deon es ante todo una escritora cosmopolita,
atributo que se manifiesta con total intensidad en La mendiga de
amor,
una novela cuya acción transcurre en varias partes de Europa, en
la que
intervienen personajes que proceden de diversos lugares del mundo, en
la que se
hacen guiños al lector desde diferentes lenguas. Así, por
ejemplo, en las
primeras páginas de la obra se nos desvela que
«Vida tras la Vida» es
un centro privado de investigación científica
para personas que se han mantenido en un estado de muerte cerebral
durante un
lapso de entre cinco y cuarenta y cinco minutos, para personas que han
regresado de la muerte gracias al etreum,
un preparado químico capaz de contrarrestar el efecto de la
degeneración del
cerebro, interrumpiendo la entrada en éste de oxígeno una
vez transcurridos
cinco minutos de la parada cardiaca. La composición del
preparado fue patentada
por el doctor Vittorio Peroni en el año 1999.
A lo largo de la obra el lector irá tomando
conciencia del
verdadero alcance de las investigaciones de Peroni, de las que ofrece
ciertos
indicios el propio nombre de su patente: leamos al revés el
término pseudolatino etreum y descubriremos la palabra
española... muerte.
Resulta interesante conocer que Deon, que así lo ha
revelado en varias de sus entrevistas, concibió y dio a luz la
novela La
mendiga de amor al poco tiempo de su llegada a España en
1998, concretamente
durante el otoño y el invierno que vivió en el pueblo
malagueño de Mijas (no en
vano Andalucía está muy presente en la obra). Durante esa
misma etapa,
especialmente productiva, se gestaron los versos que posteriormente
constituirían los poemarios No respires sin mí (1998)
y Encaje de
tiempo (2002).
Si una novela es una vida en forma de libro, como
escribía
Novalis, las varias vidas que de forma paralela vive la protagonista de
La
mendiga de amor nos permiten presentar esta obra como «varias
novelas»
ensambladas magistralmente en una sola. Tarea ardua y sin duda uno de
los
grandes méritos de la autora es haber logrado encajar todas y
cada una de las
piezas de esta novela de argumento y estructura deliciosamente
complejos, cuyos
personajes se buscan a sí mismos en un continuo transitar del
pasado al futuro,
y que mantiene atrapado al lector desde la primera a la última
de sus casi
seiscientas páginas.
La mendiga de amor, cuya
acción
transcurre simultáneamente en el siglo XII y en la segunda
década del XXI,
puede leerse como una novela de intriga, como una novela
fantástica, como una
novela filosófico-mística... y también como todo
ello a la vez, sin olvidar el
importante papel que desempeñan en la obra las composiciones
poéticas insertas
en muchos de los capítulos.
Sin duda la confluencia de géneros, la perfecta
construcción de la trama y su sutil resolución son en
buena medida los
responsables de la originalidad de la novela. También la
misteriosa y atrayente
personalidad de su protagonista, Vera, que desde la muerte
clínica retorna a la
vida privada de memoria y acuciada por inquietantes sueños que
no logra
comprender, visiones oníricas que le hablan de seres de otros
tiempos y que le
hacen cuestionar su propio «yo» y la realidad que le rodea.
Pero en medio de la
oscuridad y las dudas comienzan a vislumbrarse extrañas
coincidencias que,
lejos de ser casuales, van revelando que existen vínculos
sorprendentes entre
lo soñado y lo vivido, entre el pasado y el presente,
vínculos cuyo sentido
Vera habrá de descubrir abriéndose paso entre acuciantes
enigmas.
La novela La mendiga de amor alberga en sus
páginas historias de dolor, de búsqueda desesperada, de
secretos y mentiras que
parecen prolongarse de forma infinita a través del espacio y el
tiempo... pero
a pesar de ello irradia esperanza y fe en la humanidad. Lo hace porque
defiende
que sólo el amor es eterno, y apela enérgicamente a su
fuerza salvadora. Esta
férrea convicción parece ser el móvil del conjunto
de la producción artística
de Svetlana Deon, que en el prólogo a su antología de
poemas Encaje de
tiempo proclamaba:
Ya sea de forma oculta o evidente,
el amor «vive» en cada uno de
nosotros, y por eso cada uno de nosotros ha de responder de él
ante una única
escala del Alma. Cada hombre que resuelve a su propia manera su drama
personal
está participando del mismo modo en la resolución del
drama del conjunto de la
humanidad.
Precisamente por eso la historia de
cada corazón, pública o secreta, no
puede dejar de ser objeto de nuestra atención y
compasión. Ya que en el amor,
el principal y más caprichoso talento del alma, se revela, como
en ningún otro,
el Hombre en su totalidad.
Mis versos, al igual que mi prosa
(la novela La mendiga de amor)
están dedicados «nada más» que a este tema.
Mi deseo es hablar con el lector
precisamente sobre este don innato al hombre, sobre la lucha por el
amor, sobre
el vagar del alma a través de la vida y del tiempo en busca de
su principal
predestinación. Escribo sobre algo que es decisivo y secreto en
el destino del
alma de cada uno de nosotros, que confiere a la vida de cada persona la
misma
importancia a los ojos del Tiempo y de la Esperanza en el Hombre...
Que el amor es el
sentido de la vida
y el único elixir capaz de hacer al hombre inmortal es una
verdad que le será
revelada a la protagonista de La mendiga de amor tras una larga
búsqueda
de respuestas a través del espacio y del tiempo. Sólo
así descubrirá que la
vida siempre ofrece al hombre la oportunidad de saldar sus deudas con
el
pasado, aunque sea en un futuro muy lejano, con otro nombre, con otro
rostro...
Bibliografía
ДИОН,
СВЕТЛАНА: Тысяча и одна жизнь, Санкт-Петербург, Блиц, 1998.
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